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¿Cómo saber qué tipos de crédito solicitar?

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El crédito es un elemento esencial dentro de la economía que, usado correctamente, permite lograr objetivos personales y de negocios, a corto, mediano y largo plazo. 

Puede usarse para generar más ingresos, emprender, comprar un automóvil, hacer renovaciones en el hogar y muchos más, pero lo importante es usarlo de manera que se convierta en un aliado y no en un factor de sobreendeudamiento.

Por esta razón, en este artículo explicamos las claves para determinar qué tipo de crédito solicitar de acuerdo a tus necesidades.

¿Qué es un crédito y cómo solicitarlo?

Un crédito es una operación financiera en la que una parte otorga cierta cantidad de dinero a otra con el fin de contribuir a financiar sus gastos. 

Generalmente, son las entidades financieras quienes ponen a disposición de sus clientes estas sumas de dinero, con el compromiso de que quien lo recibe lo devolverá a futuro en forma gradual (pago en cuotas) o en su totalidad y con un interés adicional compensatorio. Esta compensación es a favor de quien entrega el crédito, por el tiempo que no tuvo ese capital.

Para tener acceso a un crédito, el solicitante debe cumplir con ciertos requisitos ante la institución bancaria, siendo los principales contar con antecedentes comerciales y crediticios adecuados, y demostrar ingresos actuales y futuros que le permitan asumir la deuda que contraerá.

Tipos de créditos

Existen distintos tipos de créditos, de acuerdo a las necesidades de cada cliente. Dentro de los más comunes se encuentran:

Créditos de consumo

Otorgados por un banco a aquellas personas que necesitan adquirir bienes o servicios. Normalmente, son pactados para ser pagados en plazos cortos o medianos (de 1 a 4 años).

Créditos comerciales

Adjudicados a empresas de diverso tamaño para cubrir necesidades de capital de trabajo, adquisición de bienes, pago de servicios propios de su operación o refinanciar deudas con otras instituciones y proveedores. 

Por lo general, son pactados para ser saldados en el corto o mediano plazo.

Créditos hipotecarios

Aquellos otorgados por el banco para la construcción o compra de una propiedad ya construida, un terreno, oficinas u otros bienes raíces, con la garantía de la hipoteca sobre el bien adquirido o construido. 

Se pactan para pagarse a mediano o largo plazo (de 8 a 40 años, aunque lo habitual son 20 años) y las cuotas se expresan en unidades de fomento (UF).

Tarjeta de crédito

Otorgada para usarse como medio de pago. Se trata de un crédito permanente, solicitado por única vez, utilizado según se necesite. Se paga de forma mensual o en su totalidad. Si se abona menos de la suma gastada, los intereses seguirán aumentando la deuda sobre el monto que no se saldó.

Tiene un costo de mantención que se adquiere independientemente del uso que haya tenido el producto y genera comisiones adicionales por avances en efectivo o avances en el extranjero.

Línea de crédito

Otorgada al dueño de una cuenta corriente, para ser utilizada cuando no tiene fondos disponibles en esta. Es un crédito permanente para usarse en cualquier momento y que debe ser cubierto en los plazos indicados dentro del contrato entre el cliente y la entidad bancaria.

Clasificación de los créditos

Al elegir el tipo de crédito más conveniente, el conocer y evaluar factores como el plazo a pagar, el tipo de bien que se quiere adquirir o la tasa con la que se paguen menos intereses, son clave. Algunos de los criterios usados para clasificar los créditos son:

Por su plazo

Dependiendo si son de corto, mediano y largo plazo. Quienes obtienen un crédito a corto plazo, usualmente lo usan para cubrir financiamientos de corta duración como las tarjetas de crédito, por ejemplo. 

Por su parte, los créditos a mediano y largo plazo se adquieren para un fin determinado y deben saldarse en su totalidad, dentro del período/fecha pautada con la entidad bancaria. Los créditos hipotecarios, personales o familiares, con los que se puede adquirir un automóvil o una computadora, entran dentro de esta categoría.  

Por la garantía que los respalda

Incluyen los créditos respaldados por un bien y los otorgados sin más garantía que la palabra del acreditado. 

Generalmente, las entidades que los adjudican exigen que el valor del bien sea mayor al monto del crédito y, muchas veces, la tasa de interés pactada depende en buena medida de la garantía ofrecida:

  • Quirografarios: créditos que se otorgan sin una garantía específica, pero que en ocasiones se requiere de un obligado solidario como forma de disminuir el riesgo de incumplimiento. Estos suelen ser los más costosos.
  • Prendarios: créditos que se obtienen dejando un bien como garantía (empeño). El monto de estos no es mayor al 50 % del valor de la prenda.

Por el tipo de tasa de interés que cobran

Cada crédito calcula los intereses que genera de forma distinta:

  • Tasa nominal fija. Cuando la tasa pactada no se modifica durante la vigencia del contrato. Generalmente se pactan también pagos fijos. Si las tasas del mercado bajan, los deudores no reciben ningún beneficio, pero siguen protegidos ante el incremento de las mismas.
  • Tasa variable. Cuando la tasa de interés varía mes con mes y según una tasa de referencia. En estos contratos se pagan menos intereses en la medida en que las tasas de mercado bajen; sin embargo, en caso de que suban, el efecto es el contrario.
  • Tasa tope. Similar a la tasa variable, pero con la particularidad de que, si esta sube más allá de un cierto límite, el acreditado pagará como máximo la tasa tope pactada.
  • Tasa global. Cuando al monto del crédito se le aplica la tasa global pactada y los intereses se suman desde el inicio al monto principal. Los pagos quedan fijos y se calculan dividiendo la cifra, incluyendo intereses.
  • Sin intereses. Aunque en ocasiones se ofrecen créditos aparentemente sin intereses, es importante mencionar que todo financiamiento tiene un costo, el cual está ya incluido en el precio de lista. A veces si se paga en efectivo, se ofrece un descuento significativo.

Diferencia entre un préstamo y un crédito

Básicamente, un préstamo es un contrato con una entidad bancaria, la cual presta una cantidad de dinero fija de una sola vez, a cambio de que el prestatario (a quien se le otorga la cantidad de dinero) aporte como garantía de pago, por ejemplo, la vivienda o automóvil que adquirió con ese dinero. 

Por el contrario, cuando dicha entidad otorga un crédito, el acreditado podrá hacer uso de la cantidad aprobada en función de sus necesidades, disponiendo de la totalidad de la suma otorgada, de una parte o de nada.

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